¡Cómo llueve estos días! Ecolaundry quiere ofrecer lo mejor para el cuidado y secado de tu ropa, y hoy te contaremos cómo funcionan nuestras secadoras de última generación. Se trata de equipos de alta tecnología, muy eficientes y diseñados para desplegar el máximo rendimiento durante años.
¿Tu ropa tiene cierto olor a humedad incluso después de añadir perfume, suavizante y aromas? No la estás secando correctamente.
Acude a tu centro Ecolaundry y descubre nuestras eficientes secadoras de alta tecnología. La puerta con doble cristal y doble panel garantiza que el calor se concentre en el interior y no salga al exterior por eso hay un mayor aprovechamiento de energía para el secado y no hace calor en el local.
La embutición de los orificios del bombo que utilizan nuestras secadoras, en lugar del método tradicional de perforación y soldadura de otros aparatos, es el aspecto técnico que marca la diferencia en el trato de tu ropa. El resultado: mayor duración y cuidado de las prendas.
El filtro de nuestras secadoras se lava a diario para ofrecer la máxima calidad en cada ciclo de secado.
Si se deja la ropa en el interior del bombo de la secadora una vez finalizado el ciclo, el sistema activa la aspiración y la rotación del bombo para evitar la formación de arrugas en la ropa.
La fuerza de flujo transversal facilita la penetración del aire caliente en las prendas, aprovechando al máximo la temperatura.
Las secadoras redireccionan el flujo de aire a través de las prendas, lo cual es una de las claves para conseguir el mejor rendimiento de una secadora. La combinación de un flujo de aire radial y otro axial permite que el aire penetre entre las prendas consiguiendo un secado óptimo en ciclos de tiempo cortos.
El cruce de los dos flujos permite un secado transversal. El aire circula entre la ropa situada en medio del bombo.
Nuestras secadoras dejan las prendas secas y con un acabado de calidad, un tacto suave y el olor a limpio característico de Ecolaundry.
Un buen proceso de secado se traduce en un mundo sensorial y personal. Acariciar una prenda, sentir su olor, notar su suavidad y esponjosidad en la piel.