Es una de las preguntas que más nos hacemos cuando vemos las zapatillas sucias, sobre todo las de los niños. Con toda la batalla que llevan las deportivas entre el colegio y el parque, hay manchas que parecen imposibles. El mayor problema de lavar las zapatillas en la lavadora no es sólo el daño que pueden sufrir durante el centrifugado, sino algo mucho más mundano: el desteñido. Otro problema del lavado a máquina es el agua caliente, que tiende a estropear las fibras, o el deterioro del tejido, que es muy habitual que pase de un blanco reluciente a un tono amarillento si elegimos un detergente poco delicado.
- Retira el exceso de suciedad incrustada de las suelas como barro o chicles pegados. Para ello puedes utilizar un cepillo de cerdas blandas, puede ser especial para zapatos o un cepillo de dientes viejo (por supuesto).
- A continuación prepara en un recipiente la mezcla para lavar: detergente para ropa y un poco de agua tibia
- Aplica un poco de la mezcla jabonosa en un esponja o un trapo suave y aplica por las zonas manchadas sin empapar mucho la zapatilla y teniendo cuidado de no mojarla por dentro.
- Con una esponja empapada solo en agua quita el exceso de detergente.
- Dejar secar al aire. Secadora ¡JAMÁS!
¿Son las zapatos o los pies? Como nunca vamos a llegar a un acuerdo aquí os dejamos unos consejos para evitar que las zapatillas huelan mal…. si son los pies, ahí no podemos ayudaros.
- Quita las plantillas de las zapatillas.
- Lávalas con agua tibia.
- Introduce dentro de las zapatillas secas bicarbonato en un saquito y déjalo toda la noche.
- Coloca la plantilla y ¡Olores fuera!